domingo, 7 de noviembre de 2010

Amadeus-In

Sentirme importante, grande... Público a mis pies (menos que otras veces, pero al fin y al cabo, público)
Olvidar el miedo escénico, la vergüenza. Comenzar a cantar, tocar, bailar, sonreir como si fuese lo qunico que existiese en esa hora y media. Estoy cansada, con ganas de dormir, medio ronca y mala pero ¿qué más da? ¿Tengo un público ahí fuera esperando a que cante y ahora me voy a quejar? ¡Sí, hombre! ¿Y lo próximo que es, dejar el coro porque estoy agobiada con los estudios? ¡¿Estamos tontos o qué?!
Habré tosido unas 20 veces a lo largo del concierto pero sabía controlarlo lo máximo posible y toser donde podría hacierlo por lo que no se ha notado tanto.
Me he emocionado, me he equivocado, me he reido, he disfrutado, he aprendido... No ha sido el mejor concierto de mi vida, ni mucho menos, no ha destacado por nada en especial. Nada más especial que el resto pero a la vez lo ha sido porque... ¡Joder! Ha sido un concierto. Además, me ha visto gente que quería que estuviese ahí, otros no han podido... Pero ya habrá más. Yo por lo menos, pienso seguir mucho, mucho tiempo. En este coro, otros, y los mios propios... Toda mi vida.





Nami!

No hay comentarios:

Publicar un comentario