domingo, 12 de junio de 2011

Sus arenas.

Hace tiempo que no escribo. Hace tiempo que no tengo un rato para poder abrir el blog e improvisar. Hace tiempo que no tengo tiempo para nada.
Hoy he decidido tener un momento, aunque sea haciendo mil cosas a la vez, pero yo creo, que ya se me ha olvidado.


Voy andando o intentando andar pero me doy cuenta que algo me hunde entre versos, entre renglones, las arenas movedizas me han atrapado entre sus palabras. Llevo mucho tiempo pasando por este mismo camino, he visto muchos cambios, lo he visto crecer, menguar. Lo he visto en un día soleado, en tormenta, en lluvia... Ha pasado el suficiente tiempo como para poder verlo de miles de formas diferentes pero precisamente por eso, nunca pensé que podía atraparme. Nunca pensé que me fuese hundiendo poco a poco en cada frase, palabra o letra. 
Puedo ver en su paisaje restos de mi, sí, restos de mi. De mi día a día, de mi vida. Lo veo reflejado como unos granitos de arena más y me rio.
Me rio a carcajadas al ver como ha crecido, al ver como ha cambiado, al ver que estoy aquí, escribiendo mientras me sumerjo en sus arenas.
No tengo miedo pues sé que saldré ilesa. 
No tengo frío pese a la humedad, pues sé que su cariño me arropa.
No tengo calor, pues su risa me sopla una brisa agradable que refresca mi día a día estresante.
Tampoco me da pena que haya crecido tanto, que vea cosas mías en él, ni mucho menos, me da pena que sus arenas movedizas me atrapen, pues eso significa que está preparado para seguir el camino solo. Su camino. 

















Nami!

sábado, 4 de junio de 2011

Vida.


Y en el ámbito musical después de tanto trabajo, desesperaciones, horas, clases, sueño, esfuerzos, llantos, quejas, estrés... Tanto agonizar para sacar mi sueño adelante... Se ha creado la sinfonía, una parte más de la grande que seguiré construyendo toda mi vida. Mi vida entera. Siempre.
Después de escribir, restificar, volver a escribir, equivocarme, pasarlo a limpio porque ya no se entiende de tanta goma, mareos, dolores, risas, impotencia, fracasos, nervios. Muchos nervios... He ganado. He ganado. ¿Qué he ganado? Conocimiento. Sí, en realidad no tiene otra palabra. He aprendido a dar un paso más.
"Hazlo como tú sabes hacerlo" " Tanto esfuerzo dará su fruto" "Joder, Sara, siempre estás igual, después de tanto estudiar, ¿te vas a venir abajo en la banqueta a punto de tocar?" "Es muy bueno que se ponga nerviosa, eso significa que le importa, que cree que ha estudiado lo suficiente como para poder perder algo, aunque sea tiempo." "Llevas nueve años, ¿crees que es este el momento de tirarlo todo abajo por nervios?" "-Deséame suerte. -La suerte eres tú, Sarita" "Me desespera tu inseguridad, con lo que estudias y lo bien que lo haces" "Pero Sara! ¿Tas tonta? Te has tirado horas y horas frente al piano, encima y debajo... ¿Cómo vas a hacerlo mal?" ... Y un largo etc de palabras de ánimos y estrés por mí. Pero han servido para algo, ahora, seguir estudiando, terminar del todo este curso en septiembre y empezar uno nuevo con otra sonrisa por poder seguir adelante en lo que hoy sé, que he nacido para hacerlo. Para vivirlo.

Nami!