Hay algo que si ha cambiado: la necesidad de escucharte a diario, la añoranza tan grande de no poder verte, los deseos y sueños repetidos de estar a tu lado... Ahora ya no lo necesito, lo quiero; lo añoro, pero a más largo plazo; ya no lo sueño, lo recuerdo; no lo deseo, lo imagino.
Hace un curso y pico que no te veo, y en realidad, el contacto ha sido menor pero el día a día sabiendo tu apoyo constante de fondo, ha hecho que el tiempo se pase rápido y se me hace que la última vez que te vi fue hace un par de meses, aunque en el fondo, desee verte como si llevara sin hacerlo años.
Sonrío al decir que eres muy necesaria en mi vida.
Me enorgullece decir que lo hemos conseguido pese a la distancia y, que ahora, pocas cosas pueden hacerme cambiar de opinión.
No se me ocurre ninguna.
Nami!