jueves, 16 de diciembre de 2010

Desconectada.

Castigada, vacaciones, suspiro, respiro, alivio... Llámalo como quieras. El caso es que no tengo ordenador por lo que me dedico a escribir a mano que hacía demasiado que no continuaba.

Días estresantes aguardando vacaciones seguramente también estresantes. Pero, ¿qué le hago? Vivo en una vida de estrés en el que no es suficiente lo que estudio por lo que no puedo parar en vacaciones.
Ahora, sin ordenador, los tiempos mínimos libres de días de diario me dedico a enrear mayormente. Y me relajo. No echo de menos el ordenador, sólo mi música y el photoshop para qué engañarnos? Tampoco quiero que me lo devuelvan, no quiero distraerme. Quiero mi música. FIN.
¡Ah! y aprobar, pero para eso, creo que tengo que hacer algo más que querer. Aunque ese sea el primer paso.

Nami!

Como no estoy en mi ordenador no puedo poner de mis fotos. Lo siento.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Adelante. Aún no hay nada perdido.


Me he caído. 
He pegado una buena ostia pero, lo peor es que iba con cuidado para no hacerlo. 
Sabía que me tropezaría, había muchos baches, pero no esperaba el pegarme tal ostia. 
Bueno, la verdad que tengo prisa, por lo que no es hora de lamentarse. 
Además, ¿para qué? Si eso no va a resolver nada. 
Ahora, lo único que puedo hacer, es aprender del error e ir curando las heridas a medida que ando porque no puedo llegar tarde, no puedo pararme aquí, con el tiempo justo y corto. 
¿Qué debo hacer? No correr. Estudiar cada paso, analizar la situación y organizarme para llegar a tiempo sana y salva (o al menos, ni un solo rasguño más). Cerrar la boca a todas las personas que no ponen confianza en mi, que no tienen esperanzas en mi futuro.  
Esto no ha hecho más que empezar.

No hay fracaso si uno se ayuda de los errores para re- orientar el camino
Nami!

jueves, 2 de diciembre de 2010

Otro más.

Hoy, es un día especial. Otro más. 
Una persona realmente importante en mi vida cumple años. Aunque realmente, lo que celebramos de este día es eso, que hace dieciséis años que ella nació.
Para quien la conoce, o al menos para mi, ella es verdaderamente especial y esos kilómetros que nos separan no me importan. No, ya no. 
Me jode el no poder sentirla cerca, el no poder celebrar a su lado este día, el no verla sonreír, etc.
Pero igualmente, puedo sentirla aunque no sea cerca, puedo celebrarlo desde aquí y he llegado a quererla tanto, que puedo dibujar su sonrisa en mi mente, dibujarla en el aire imaginariamente con un dedo y, sólo el hecho de saber que seguramente, en este momento esté siendo feliz, ya me lo hace a mi.
La necesito, de verdad. Y por eso, un año más, agradezco a su madre que la tuviese y a lo que sea que haya hecho o influido para que yo la conozca.
Sin ella, ahora mi vida sería completamente diferente y a mi, me encanta mi vida.

Solamente deseo, que seas muy feliz muchos años más y, que esos, los pase contigo.
Aunque sea a distancia.
















Te quiero, pequeña.


Nami!