martes, 8 de junio de 2010

El otro centro de tu vida.

El soplo de aire fresco que entra por el poco de ventana que hay abierta pasada medianoche.
Tú, tumbada en la cama intentando conciliar el sueño.
Huele a verano, aunque mañana hay examen.
Y esa brisa, lo único que hace es quitarte el sueño más y más. Dandote ganas de salir al patio y contemplar el cielo. Tumbarte en el suelo y recordar tiempos mejores en los que podías mirar al cielo con una sonrisa. O quizás, soñar con los tiempos que vendrán más adelante.
También puede que ni pienses, simplemente sientas. Te dejes envolver por ese aire sueva que te mece y te hace soñar con los días sin más preocupaciones que pasarlo bien y descansar como es el verano.
Te hace desear más aún esas vacaciones...
Pero ni pensarás si quiera. Como ya he dicho: sólo sentrirás y te quedarás fascinada con el cielo que hay sobre tu cabeza. Esas miles de estrellas diminutas y en todo el centro, ella. El astro que tantísimo adoras.
Entonces, no te acuerdas de él, que ya no lo tienes al lado, que le amas sin remedio pero todo ha acabado... No.
Te acuerdas de ÉL. Sí, el otro. El otro centro de tu vida.
Esa persona únicamente especial para tí que vive tan lejos.
También adora la luna. Bueno, casi que adora todo lo que tú adoras.
Deseas estar con él en estos momentos. en la misma posición pero a su lado y rodeados de cesped. en el campo. Solos, perdidos, únicos.
Le echas demasiado de menos pero, pequeña, no lo olvides: Las verdaderas vacaciones están a la vuelta de la esquina y él, te esperará con los brazos abiertos.

Nami! 
siete de junio de 2010