-¿Alguna vez te ha pasado que tienes una amiga muy lejos, la quieres mucho y simplemente escuchar su voz te calma, te tranquiliza, te hace sentirte más fuerte, más llena... Y cuando cuelgas, suspiras por dos razones y de dos formas:
La primera de felicidad. Porque la tienes, porque no importa la distancia porque va a seguir ahí, porque recuerdas que la distancia no es un problema... Y la otra, de un vacío enorme que te llega al colgar, al no poder verla, al tener que conformarte con el teléfono. Miras el teléfono con desprecio y a la vez con cariño, y te entran ganas de correr y abrazarla fuerte?
A veces siento, que algún día, esta distancia va a matarme, voy a romper a llorar como una loca y querer morirme por el hecho de que no los tengo cerca... A veces, siento que me supera, que nunca llegaré a acostumbrarme a no verlos a diario aunque sea con lo que he crecido siempre.
A veces, suspiro por el simple hecho de que no existieron antes en mi vida y me arrepiento.
A veces, me da pánico el futuro, el perderles, el no tener estas sensaciones nunca más.
A veces, a veces me pasan muchas cosas, pienso muchas cosas y siento muchas cosas pero sobre todo sé, que siempre, van a formar algo importante en mi. De mi pasado, presente o futuro. Pero siempre conmigo.
Nami!
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