domingo, 10 de junio de 2012

Y cuando creo que ya está todo perdido, que no va a ser, que me voy a tener que esperar hasta octubre... Llega mi padre y en cuestión de quince minutos lo resuelve todo y me hace la niña más feliz del mundo.
Ains, estos padres, ¿qué haríamos sin ellos?

Que alegría más lista.

Nami!

No hay comentarios:

Publicar un comentario